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¿Por qué saber sobre murciélagos?

Los murciélagos que hoy viven en la ciudad, eran antaño dueños del lugar y con el transcurso del tiempo se trasladaron, sin saberlo, pasando de un hábitat natural de cavernas, grietas, cuevas y árboles a un hábitat modificado que hoy es el urbano, adaptándose a vivir en edificios, construcciones, casas con cumbreras, entretechos y todo refugio que ofrezca el panorama metropolitano, sea un tapa rollo, una cúpula de iglesia, una escuela o un hospital. Por tanto es evidente que la naturaleza la adaptó maravillosamente como especie a la vida urbana y cualquier detalle arquitectónico o falla constructiva le servirá de guarida.

Sin duda a los humanos en general no nos gusta compartir nuestros espacios, por ejemplo nuestros “tapa rollos” de las persianas, con sujetos como los murciélagos. Y ahí se genera un conflicto dado que el murciélago de por si posee culturalmente mala reputación: no es bonito como animal y la prensa no le fue favorable a lo largo de la historia de la humanidad, y mucho menos desde que le atribuyen el covid 19. Lo que si es muy real es que sus olores, excrementos y orina ¡contaminan!

Sabiendo que algunos ejemplares transmiten la rabia, y siendo que sus pulgas son vectores de otras enfermedades, ponen a la salud humana en cierto riesgo.

Sin embargo, a pesar de la rabia, desde el punto de vista ecológico se considera al murciélago como “animal benéfico”, pues además de integrar nuestra fauna autóctona, se caracteriza por ingerir su propio peso en insectos, que de otra manera afectarían al hombre. Ese rol ecológico hace que los murciélagos sean considerados como animales que requieren protección y las políticas de estado en la materia prohíben su matanza o daño.

Si usted o sus niños encuentran un murciélago en el piso, tenga a bien recordar que no todos los murciélagos están enfermos de rabia, pero puede ser que ese ejemplar hallado podría potencialmente estar afectado ya que por alguna razón ¡está en el suelo!. Por lo tanto evite tocarlo y el riesgo de ser mordido. Si se anima cúbralo con un recipiente adecuado y pase una cartulina por debajo, luego llame a un centro de zoonosis para que determinen científicamente si es portador de rabia.

Es muy recomendable e importante informar y educar a los niños enfáticamente respecto que no deben tocar a los murciélagos por la probabilidad de ser mordidos dado que mientras para el niño es imborrable el disgusto de pasar por un tratamiento antirrábico, que probablemente a futuro ocasione traumas, fobias e ingratos recuerdos, por otro lado conlleva en sus seres queridos a soportar una inconmensurable angustia sumadas al temor e incertidumbre.

Es importantísimo para propietarios de animales domésticos el vacunar anualmente contra rabia. Tanto perros o gatos, si se topan con un murciélago que esté al alcance, pueden producto de su curiosidad entrar en contacto y ser mordidos aumentando el riesgo se contagiarse de esa severa y mortal enfermedad. La mejor prevención es aplicarles anualmente la vacuna anti-rábica en tiempo y forma.

Se recomienda evitar convivir con los murciélagos en la vivienda, no por los ruidos ni sus olores, sino por que los excrementos secos generan polvillos o “aerosoles” que ingresan a nuestros pulmones al ser inspirados, además de los vapores provenientes de la orina que son inevitablemente respirados.

Adicionalmente la potencialidad de portar el virus de la rabia aumenta el riesgo para la salud de las personas en caso de ser mordidos. Ante una mordida debe lavarse y cepillarse profusamente con agua y jabón, no usar alcohol, y luego dirigirse de inmediato a un centro antirrábico u hospital cercano. De ser posible trate de conservar al murciélago para su debido estudio.

Dada la protección del murciélago, para evitar su presencia en nuestras casas, se hace necesario un trabajo profesional de ahuyentamiento integrado con sistemas de adecuado sellado y de exclusión que constituyen métodos muy eficientes, además de la oclusión de los lugares de acceso, estando demostrado que los aparatos de ultrasonido realmente no son efectivos.

En síntesis, sabiendo que el ultrasonido no es efectivo como se espera y que el murciélago cumple con un rol ecológico que merece protección, debemos evitar la convivencia de riesgo en los lugares pertinentes a los humanos, recurriendo únicamente a su ahuyentamiento con métodos profesionales.

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