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Garrapatas, casi ignoradas pero…

Las garrapatas no son insectos sino que son los únicos ácaros que se pueden ver a simple vista sin necesidad de un microscopio. Pertenecen al orden Acarina, suborden ixodides, una super familia de ácaros que poseen ocho patas como las arañas y son conocidos vulgarmente como garrapatas.

El común de la gente piensa que son inocuos, pero no. En realidad conllevan un gran peligro.

Hay más de 800 tipos diferentes de garrapatas, que son parásitos externos o ectoparásitos. Estos se alimentan de sangre ( hematófagos) y por ello son transmisores de numerosas enfermedades infecciosas entre las que se encuentran el tifus, la enfermedad de Lyme, la fiebre manchada, babesiosis, la ehrlichiosis monocítica, hepatozoonosis y otras enfermedades que pueden causar daño al corazón, al sistema nervioso, al riñón, a las glándulas suprarrenales, al hígado e incluso pueden provocar la muerte.

Los científicos descubrieron que las hembras producen un tóxico que puede causar parálisis en niños y que se manifiesta por la pérdida de la función muscular luego de una picadura dado que las garrapatas se adhieren a la piel para alimentarse de sangre. Este toxico ingresa al torrente sanguíneo durante el proceso de alimentación. La parálisis resultante es ascendente. Esto significa que comienza en la parte inferior del cuerpo y avanza hacia arriba.

Los niños con este tipo de parálisis desarrollan una marcha inestable, seguida días después, por debilidad en las extremidades inferiores. Esta debilidad asciende gradualmente hasta afectar las extremidades superiores. La parálisis puede causar dificultad respiratoria, que puede llegar a requerir el uso de un respirador. El niño también puede presentar síntomas leves similares a la gripe (dolencias musculares, cansancio).

Las garrapatas poseen en ciclo de vida que pasa por cuatro fases: huevo, larva, ninfa y adulto.

Una hembra, se alimenta de sangre una sola vez y luego puede poner más de 10.000 huevos.

¿Cómo llegan a casa?

Dado que viven en el suelo, ya sea en un parque, un bosque, jardín o la placita del barrio, esperan que pase algún ejemplar de sangre caliente, que podemos ser nosotros, nuestros perros o gatos o algún un roedo. Luego de alimentarse con sangre pondrán huevos y proliferará la especie. ¡ Y esto es algo que puede ocurrir en nuestra propia vivienda!

Las garrapatas tienen poca movilidad, no saltan, ni vuelan, ni corren, caminan poco, y se suben a los pastos para detectar vibraciones, olores corporales, dióxido de carbono, olores bioquímicos y simplemente se adhieren a la ropa o al cuerpo. De esta manera llegan a casa con nosotros o con nuestras mascotas después de un paseo, un picnic o un día de quinta.  Luego se esconderán bajo los zócalos, en grietas, juntas, marcos de ventanas, detrás de los muebles o cualquier lugar que constituya un refugio.

Una vez que se pegan al cuerpo, las garrapatas por lo general se desplazan hasta lugares calientes y húmedos del cuerpo, como las axilas, la ingle o el cabello. Al llegar normalmente se adhieren con fuerza a la piel y comienzan a chupar sangre.

¿Cómo retirar una garrapata?[

Una vez detectada la garrapata se debe retirar lo antes posible, sin precipitación, pero evitando dejar pasar tiempo innecesario. Lo ideal es que se retire al parásito evitando que regurgite sus peligrosos jugos bacterianos al torrente sanguíneo. Se deben descartar métodos tradicionales como el uso de alcohol, aceite, vaselina, petróleo, esmalte de uñas u otros productos, porque crean una especie de película alrededor de la garrapata que impide que respiren, lo que parece acelerar la regurgitación de sangre. Tampoco deben cortarse, quemarse y, sobre todo, no se debe tirar con los dedos aplastando su cuerpo, pues en este momento podría producirse la inoculación de fluidos infecciosos desde la garrapata hacia el cuerpo del hospedador.

La forma correcta de retirarla es usando unas pinzas, de punta estrecha, de ser posible curvadas, con las que sujetaremos la garrapata por su zona bucal, lo más cerca posible de la piel del hospedador, evitando aplastar el cuerpo. A continuación realizar una tracción continua y lenta (podría llevar casi un minuto), progresiva, sin excesiva fuerza, nunca bruscamente, en perpendicular a la piel hasta conseguir su extracción. Si alguna parte del aparato bucal de la garrapata queda en el interior de la piel, usar la hoja de un bisturí o una aguja para extraer los restos; en cualquier caso si quedara algún cuerpo extraño lo normal es que pasados unos días sean expulsados por el cuerpo afectado. No se debe rotar en el proceso de extracción.

Recuerde que es muy importante tener en cuenta que las garrapatas son vectores de enfermedades, por lo cual es necesario combatirlas a fin de evitar dolencias graves.

BIBLIOGRAFÍA: Guía Científica de Truman -Universidad de Purdue – Advanstar. Biblioteca Nacional de Medicina-USA- Mediplus.

Mas info: https://es.wikipedia.org/wiki/Ixodoidea