
El control de plagas urbanas contribuye en forma directa a la salud pública, a la calidad de vida de las personas, a la prevención de enfermedades, a la preservación de bienes materiales y a la imagen comercial cuando se trata de industria alimenticia, gastronómica u hotelera.
La mayoría de las plagas que afectan al ámbito urbano, a la vivienda, al peri-domicilio, a la industria y a los alimentos causan daños y perjuicios directos e indirectos sobre los humanos, su salud y economía.
Por lo cual el control de plagas urbano cumple un rol social que merecería ser destacado por su papel. No obstante, no es lo suficientemente valorado ni debidamente reconocido.
Analizando el porqué de esta situación, y sabiendo del perceptible rechazo que los humanos hemos desarrollado respecto de las plagas por ser transmisoras de enfermedades, comprobadamente esas cucarachas, moscas, roedores, pulgas, garrapatas, mosquitos están asociados con la escatología. Esta palabra proveniente de éskatos (último, postrero) que desde el punto de vista religioso y teológico trata del fin del mundo y de la vida individual, es algo nada fácil de abordar por lo cual se prefiere no hablar por su relación inmediata con la suciedad, la enfermedad o la muerte. Estos temas que ancestralmente de una u otra manera se tratan de ocultar, obviar, y evitar, crean un difícil dilema en lo concerniente a la necesaria comunicación inherente al control de plagas urbanas.
Dada la relación directa entre plagas, pestes, y enfermedades con la escatología, ésta influye fuertemente e interfiere con la simple e imprescindible comunicación, por no poderse desligar del ancestral miedo a nuestra tarea de control o prevención de plagas. Ya sea por razones culturales, históricas, religiosas y sociales, nuestros interlocutores ajenos a la actividad, no están usualmente predispuestos ni preparados para aceptar hablar de este tipo de temas con el lenguaje liso y llano al cual estamos acostumbrados los que nos encontrados involucrados en ese control de plagas urbanas. Si bien todos necesitan de este control, no se puede exponer en profundidad ni abundar con demasiada claridad ante ajenos al tema a fin de no crear desagrado, ni exacerbar ese temor, que por cierto fundamenta un natural rechazo que no permite hablar abiertamente de esta cuestión, lo que sin duda interfiere con la comunicación necesaria para el correcto acuerdo y entendimiento de aspectos técnicos y biológicos que luego pasarán a ser parte del trato comercial.
La asociación de lo escatológico con las plagas se manifiesta en forma permanente donde es muy común escuchar en la exposición del cliente:
– “que la rata viene de la casa del vecino”
– “la mosca de la parrilla de enfrente”
– “las cucarachas vuelan desde los árboles de la plaza”
– “la nena no tiene piojos, los trajo del jardín”
– “las pulgas del jardín son del gato del taller”, etc.
Nadie reconoce que tal o cual plaga ahora le pertenece, invadió su domicilio y le es propia.
Ello se minimiza con la adecuada transmisión de conocimientos técnicos, biológicos, y entomológicos, comprometiendo e involucrando al cliente y dándole a entender como esa plaga ahora le pertenece, transmite enfermedades, contamina los alimentos y está en sus manos la responsabilidad de cooperar en prevenirla y controlarla. Para ello contratará al experto en control de plagas urbanas, quien le otorga la solución de mayor conveniencia desde lo operativo, brindando la máxima tranquilidad posible, sin inducir al pánico, pero si generando la correcta conciencia del riesgo que se debe tener al respecto.
El papel que juega el adecuado asesoramiento técnico es trascendente ya que transmite con objetividad la información pertinente en forma profesional y jerarquizada, aportando el método de prevención y control más conveniente para solucionar el problema de plaga en cuestión minimizando los miedos ancestrales enmarcados en la escatología.
Néstor R. Pascaner
Ingeniero agrónomo (Mat. Prof. 8489 CPIA).
Especialista en higiene y seguridad laboral.
Master protección ambiental.