
Estos últimos días, los pobladores de CABA y gran parte de la provincia de Buenos Aires, incluidas áreas urbanas del AMBA, se han visto sorprendidos por la súbita aparición de gran cantidad de insectos de 1 a 2 mm de longitud aproximada, de color negro y con una mancha blanca en la región dorsal, los cuales aparecían especialmente en las piletas. Muchas personas manifestaron ser picadas por dichos insectos, con la consecuente irritación de la piel. También hubo quienes consultaron por molestias en los ojos tras entrar en contacto con estos insectos.
En un principio, se difundió a través de los medios que se trataba de piojos o “piojillo de paloma“, información errónea, ya que el insecto en cuestión es el trips del poroto, cuyo nombre científico es Caliothrips phaseoli (Hood).
Vale aclarar que los “piojillos de paloma” (Dermanyssus spp.) no son insectos sino arácnidos, en este caso, ácaros muy pequeños y difíciles de ver a simple vista; mientras que los piojos son insectos del orden Phthiraptera que pueden ser masticadores (suborden Amblycera, Ischnocera y Rhynchophthirina) o chupadores (suborden Anoplura). Tanto los ácaros como los piojos de las aves son parásitos obligados y necesitan estar en contacto con el huésped, por lo cual sólo se producen infestaciones en viviendas cuando hay presencia de aves o sus nidos en las inmediaciones.
Por su parte, los trips o thrips son insectos fitófagos del orden Thysanoptera, familia Thripidae. Dado que se alimentan de plantas, los trips son considerados como una plaga agrícola de importancia y pueden ocasionar severos daños a las plantas ornamentales, siendo sumamente perjudiciales a quienes desarrollan la actividad de vivero y horticultura. Uno de los géneros más importantes, desde el punto de vista agrícola, es Caliothrips Daniel (Thripidae: Panchaetothripinae). Actualmente se reconocen 21 especies en este género, entre ellas el trips del poroto, Caliothrips phaseoli.

El trips del poroto tiene una distribución amplia que va desde el Caribe hasta América del Sur, y se alimenta de numerosas especies de plantas, entre ellas, soja, poroto, maní, garbanzo, alfalfa, duraznero, algodón y tabaco. Dado que para alimentarse los trips deben perforar la capa superficial del tejido vegetal, a su paso van dejando pequeños puntos de color plateado sobre hojas, flores y frutos, junto con puntos negros (deyecciones). Generando un daño estético especialmente en plantas ornamentales, que pierden su valor comercial, y comprometiendo la salud de las plantas, ya que pueden transmitir virus y disminuir la capacidad de fotosintetizar.

El aparato bucal de los trips es del tipo picador-succionador, ya que está preparado para atravesar los tejidos de las plantas con el fin de succionar los líquidos vegetales de los que se alimentan. Está formado por tres estiletes, uno de los cuales es utilizado para perforar y dos estiletes adicionales que forman un canal y permiten la succión de líquidos vegetales (como si fueran un sorbete). Este aparato bucal es capaz de atravesar la capa córnea de la piel humana, produciendo daños a los estratos celulares subyacentes. Es decir que aunque lo hagan accidentalmente, los trips sí pueden picar a las personas.
Las molestias más reportadas en relación a la presencia de los trips tienen que ver con las picaduras (las cuales son dolorosas) y la dermatitis provocada por las mismas erupciones altamente pruriginosas de varios días de duración y casos de conjuntivitis alérgica. Puede darse un cuadro de alergia por contacto con la saliva de los trips, pero esto sería raro ya que ocurriría solamente ante gran cantidad de picaduras.

Respecto del ciclo de vida de estos insectos, los estudios científicos indican que su duración se encuentra influenciada por la temperatura. Resulta lógico pensar que en semanas con temperaturas mínimas que apenas descienden de los 27°C y máximas con récord histórico, la reproducción de los trips pudo haberse visto beneficiada, aunque resta aguardar estudios científicos que analicen el por qué de la presencia de los trips en tanta cantidad.
Un dato curioso tiene que ver con que los trips son especialmente atraídos por los colores azul y amarillo, lo cual explicaría por qué aparecen cientos de individuos flotando en las piletas (normalmente, pintadas de color celeste o azul). En las huertas suelen utilizarse trampas cromáticas de estos colores para capturarlos, las cuales pueden ser fabricadas de manera casera con trozos de plástico amarillo o azul untadas en aceite de cocina, de modo que los insectos se posen en él y queden adheridos (el envase vacío de lavandina cortado por la mitad es excelente para este fin). Hasta que cambien las condiciones meteorológicas, una buena recomendación a la población es evitar vestir prendas de estos colores para evitar atraerlos.
Respecto de la prevención, si bien esta explosión poblacional durará sólo unos días, una medida ecológica para evitar que estos u otros insectos plaga de las plantas proliferen en los jardines y balcones es utilizar jabón potásico o aceite de Neem como terapéutico de orden exclusivo para protección de las plantas con resultados aceptables. Estos productos deben ser utilizados únicamente sobre las plantas y no sobre mascotas ni personas, respetando las indicaciones de la etiqueta y considerando que las soluciones oleosas aplicadas con altas temperaturas y en horarios de alta exposición solar son perjudiciales para las plantas.
Para el combate a nivel ambiental es suficiente con bajas dosis de Cipermetrina, fipronil, o imidacloprid.
Fuente: Cooper 2007; Leigheb et al. 2005; Robinson 2005; Carness et al. 2016.